jueves, 23 de junio de 2016

Comida rápida, identificada como fuente de productos químicos que alteran las hormonas

La comida rápida es identificada como una fuente importante de productos químicos que alteran las hormonas 

Por Dr. Mercola / Mercola

La comida rápida contiene muchos ingredientes que comprometen la salud, pero ¿sabía usted que estos alimentos de conveniencia también vienen con una porción extra de químicos disruptores endocrinos? De acuerdo con investigaciones recientes, las personas que comen hamburguesas y pizzas del (servicio por ventanilla) tienen niveles más altos de ftalatos en su orina.
 
Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) recopilaron datos de casi 8 900 habitantes de los Estados Unidos de todos los grupos de edad entre el 2003 y 2010, como parte de una encuesta nacional sobre la salud y nutrición. Los participantes informaron todo lo que habían comido en las últimas 24 horas y proporcionaron una muestra de orina.

Mientras que otros estudios han investigado la exposición a los químicos disruptores endocrinos de los alimentos procesados en general, este es el mayor estudio que analiza específicamente la exposición a las comidas rápidas.

“Comida rápida” se define ampliamente como los alimentos de los restaurantes sin servicio a la mesa y/o los que tienen comida para llevar o servicio por ventanilla. Así que además de McDonalds, Pizza Hut, y establecimientos similares, también incluye loncherías, Starbucks y otros restaurantes de “comida casual”.

Como informó Time Magazine:

“El nuevo informe, publicado en la revista Environmental Health Perspectives, encontró que las personas que consumían más comida rápida también tenían mayores niveles de dos sustancias que se producen cuando los ftalatos—los cuales hacen al plástico más flexible–se descomponen en el cuerpo”.

El consumo de comida rápida aumenta significativamente los niveles de ftalatos en su cuerpo

Los dos metabolitos de ftalatos identificados en este estudio en particular, fueron los siguientes:

Di (2-etilhexil) ftalato (DEHP), es un químico altamente lipofílico (soluble en grasa) que está unido química y débilmente al plástico, lo que permite filtrarse en otras soluciones que contienen grasas que están en contacto con el plástico.

Los estudios en animales muestran que la exposición al DEHP puede dañar el hígado, los riñones, los pulmones y el sistema reproductivo, especialmente los testículos de los machos durante el desarrollo prenatal y neonatal.

Di-isononilo ftalato (DINP), es un plastificador comúnmente utilizado en productos flexibles de PVC. Mientras que el DiNP se ha considerado inofensivo desde una perspectiva de salud y ambiental, la más reciente investigación sugiere que de hecho, puede tener efectos similares a los del DEHP y otros ftalatos.

Por ejemplo, un estudio realizado en el 2015 que vinculó tanto al DEHP como al DINP a un mayor nivel de resistencia a la insulina en los adolescentes.

Aproximadamente un tercio de los encuestados informó haber consumido comida rápida en las últimas 24 horas, y de acuerdo con los autores, “por sí solo indica el impacto en la salud pública por este tipo de preparación de los alimentos”.

Aquellos que obtuvieron al menos el 35 % de sus calorías de la comida rápida, tuvieron unos niveles 24 % más altos de DEHP y 39 % más altos de DINP en su orina, en comparación con los que no consumieron ninguna cantidad de comida rápida en ese período de tiempo.

En aquellos quienes consumieron comida rápida, pero obtuvieron menos del 35 % de sus calorías de ello, sus niveles de DEHO y DiNP aún eran casi 16 y 25 más altos, respectivamente.
Evitar la comida rápida puede ser una forma sencilla para reducir la exposición a los ftalatos

Como señalaron los autores, muchos organismos clínicos y científicos, tales como la Sociedad de Endocrinología, ahora sugieren reducir la exposición a los ftalatos–especialmente durante el embarazo.

El problema es que son tan ampliamente utilizados, que esto hace difícil evitarlos. De acuerdo con esta investigación, solo con abstenerse de comida rápida es una forma en la que puede reducir significativamente su exposición.

Los productos para el cuidado personal son otra fuente importante de ftalatos que están bajo su control. Las mujeres embarazadas y los niños pequeños tienen un riesgo particularmente alto cuando se trata de este tipo de productos químicos. Como señaló CNN:

“El Colegio Americano de Obstetricia y Ginecología publicó un informe en el 2013 que indica que los altos niveles de exposición a los ftalatos pueden causar resultados reproductivos adversos en las mujeres.

La investigación ha relacionado a estas sustancias químicas a un mayor riesgo de fibromas y endometriosis, lo cual puede ocasionar infertilidad, y un menor coeficiente intelectual y problemas de conducta en los niños expuestos en el útero. Los altos niveles de ftalatos también se han relacionado con el riesgo de diabetes, en mujeres y adolescentes…

“Este estudio muestra que la comida rápida puede ser una fuente especialmente importante de exposición a los ftalatos“, dijo Linda Birnbaum, Directora del Instituto Nacional de Ciencias de Salud Ambiental y el Programa Nacional de Toxicología”.

Los ftalatos se encuentran en los guantes de plástico, cintas transportadoras y embalaje– Todo cuenta

Los investigadores señalan que una de las razones por la que comida rápida le expone a niveles más altos de sustancias químicas plastificantes se debe a que los trabajadores así mismo usan guantes de plástico al manipular todos y cada uno de los ingredientes, y también estos son una fuente de contaminación por ftalatos, sobre y más allá del propio envase.

Japón prohibió utilizar guantes de vinilo en los establecimientos de alimentos en el 2001 debido a su contenido de ftalatos. Sin embargo, en los Estados Unidos, el uso de guantes de vinilo se ha incrementado en los últimos años debido a la creciente prevalencia de la alergia al látex.

Aunque se necesita hacer investigación adicional para identificar los alimentos que representan el mayor riesgo, el estudio encontró que los productos alimenticios a base de granos y carnes–aun si no provenían de un restaurante de comida rápida—tendían a causar una mayor exposición a los ftalatos.

Todavía no está clara la razón exacta de esto, pero podría estar relacionada con la forma en que se procesan, o debido a que las grasas que estos contienen, unen a los ftalatos de manera más eficiente. Dicho esto, la comida rápida como categoría tuvo, por mucho, la más fuerte relación con los niveles elevados de ftalatos.

La investigadora Ami Zota señala que los estudios previos han comparado los niveles de ftalatos en los alimentos antes y después del envasado, lo que demuestra que los niveles se elevan 100 % después de ser envasados. Esto demuestra claramente que estas sustancias químicas se filtran del plástico hacia la comida.

Por otro lado, si el alimento se envasa cuando está caliente, la filtración de los ftalatos se acelera. Los resultados como éstos son polémicamente refutados por la industria química, la cual a pesar de toda la evidencia contraria, aun sostiene que los ftalatos son seguros y relativamente estables dentro del plástico.
La industria química insiste en que los niveles de seguridad de hace décadas son adecuados

Tanto la Asociación Nacional de Restaurantes como la Sociedad Química de los Estados Unidos respondieron al estudio en cuestión al decir que los niveles de ftalatos que se encuentran en la comida rápida están “muy por debajo” de los niveles que la Agencia de Protección Ambiental (EPA, por sus siglas en inglés) de los Estados Unidos considera potencialmente perjudiciales para la salud humana.

Sin embargo, los niveles de seguridad de la EPA para el DEHP no se han revisado desde 1988.

Y, según la autora del estudio Ami Zota: “El mismo rango de concentraciones medidas en este [grupo] coincide con el rango de concentraciones que se han medido en algunos de los estudios epidemiológicos que encuentran efectos adversos para la salud”, por lo que es posible que los niveles de la EPA sean demasiado indulgentes.

De hecho, algunos investigadores sugieren que podría NO haber ningún nivel seguro de ftalatos para los seres humanos. Leo Trasande, un Profesor asociado de pediatría y medicina ambiental, quien ha investigado a los ftalatos en los alimentos, dijo para Civil Eats,

“Ningún estudio humano ha descubierto un nivel seguro de exposición a los ftalatos. Sabemos que hay efectos en la exposición de bajo nivel. Por ejemplo, los niveles encontrados en este estudio son comparables a los previamente relacionados con la presión arterial alta y los efectos metabólicos en los niños”.

Riesgos para la salud relacionados con los ftalatos

Los ftalatos son uno de los grupos de químicos que “alteran el género” que causan que los machos de todas las especies se hagan más femeninos.

Estas sustancias químicas han perturbado el sistema endocrino de la vida silvestre, causando cáncer testicular, deformaciones genitales, bajo conteo de esperma e infertilidad en una serie de especies, incluyendo a los osos polares, los ciervos, las nutrias y las ballenas. Los científicos sospechan que los ftalatos pueden afectar, de manera similar, a la fertilidad y la reproducción humanas.

Los estudios en animales también han relacionado la exposición a los ftalatos a una amplia gama de otros problemas de salud, incluyendo las siguientes (vea la siguiente tabla). La razón de sus diversos efectos tiene que ver con el hecho de que imitan a las hormonas sexuales naturales.

Esto es particularmente problemático en niños que aún crecen y están en desarrollo, ya que las glándulas del sistema endocrino y las hormonas que liberan influyen en casi todas las células, órganos y las funciones de su cuerpo.

Además de tener un papel decisivo en la función sexual y los procesos reproductivos, el sistema endocrino también desempeña un papel en la regulación del estado de ánimo, el crecimiento y el desarrollo, la función del tejido, y el metabolismo.
  • Menor CI en los niños, (los ftalatos pueden afectar a la actividad de la aromatasa, una enzima que convierte la testosterona en estrógeno, el cual juega un papel importante en el desarrollo del cerebro)
  • “Disminución del síndrome de disgenesia” implica la criptorquidia (testículos no descendidos), hipospadias (defecto de nacimiento en el que la apertura de la uretra esta en la parte inferior del pene en vez de la parte final), y oligospermia (bajo recuento de espermatozoides)
  • Interferencia con la diferenciación sexual en el útero
  • Glándulas de la próstata Agrandadas, cáncer testicular, cáncer de seno y fibromas uterinos
  • Ciclos ovulatorios deficientes y enfermedad de ovario poliquístico (PCOS, por sus siglas en inglés)
  • Numerosos trastornos hormonales y enfermedades metabólicas
  • Retraso de la pubertad o pubertad temprana
  • Lactancia interrumpida
  • Toxicidad en el desarrollo de sistemas reproductivos masculinos
  • Retraso del desarrollo neurológico, falta de atención, hiperactividad y síntomas de autismo
  • Abortos espontáneos y nacimientos prematuros
  • Alergias y problemas respiratorios
Los ftalatos se encuentran en todas partes

Los ftalatos son algunos de los disruptores endocrinos conocidos más extendidos de todos. De acuerdo con las estimaciones de la EPA, se producen más de 470 millones de libras de ftalatos cada año.

Se utilizan principalmente para la fabricación de plásticos más flexibles y resistentes, como el cloruro de polivinilo (PVC), pero también se pueden encontrar en aromatizantes, toallitas suavizantes de telas para secadora, y productos para el cuidado personal como shampoo, jabones corporales, lociones y maquillaje.

Se cree que su prevalencia en los productos para el cuidado personal es la razón por la que las mujeres tienden a tener niveles más altos de ftalatos en su sistema que los hombres.

Los muebles, la tapicería, los colchones y las paredes también pueden contener ftalatos. Incluso son detectados en las formulas y alimentos para bebés (probablemente porque se filtraron de los materiales de embalaje). También se utilizan como ingredientes “inertes” en los pesticidas.26

Al considerar cuan ubicuos son, evitar a los ftalatos por completo puede ser casi imposible. Al estar atento cuando compra alimentos, productos para el hogar y del cuidado personal puede hacer un gran cambio para minimizar su exposición, ya que los riesgos de estas sustancias químicas realmente plantean, exigen una respuesta más universal.

Como la investigadora Ami Zota dijo para Time Magazine:

“Nuestro estudio ayuda aclarar acerca de una posible forma en la cual las personas puedan reducir su exposición a estos productos químicos a través de su alimentación, pero también señala un problema más amplio de sustancias químicas generalizadas en nuestros sistemas alimentarios, lo cual requerirá muchos diferentes tipos de accionistas que se involucren con el fin de solucionarlo”.

Recomendaciones para ayudarle a evitar los químicos disruptores endocrinos

Para limitar su exposición a los químicos disruptores endocrinos, como los ftalatos y el bisfenol-A (BPA), considere las siguientes pautas al comprar alimentos, productos del cuidado personal y para el hogar.
  • Evite los alimentos de los restaurantes de comida rápida y los productos procesados.
  • Coma una alimentación enfocada en los alimentos enteros cultivados localmente, idealmente orgánicos, al cocinarlos desde cero limitará significativamente su exposición no solo a los ftalatos y BPA, sino también una amplia gama de otras sustancias químicas, incluyendo los aditivos sintéticos y pesticidas.
  • Utilice productos de limpieza naturales o hágalos usted mismo. Evite aquellos que contienen 2-butoxietanol (EGBE) y metoxidiglicol (DEGME) – dos éteres de glicol tóxicos que pueden comprometer su fertilidad y ocasionar daños al feto.
  • Compre productos que vengan en botellas de vidrio en vez de plástico o latas, ya que los químicos se filtran de los plásticos (y los recubrimientos de plástico de las latas) hacia su contenido; tenga en cuenta que los plásticos “sin BPA” comúnmente tienen otros interruptores endócrinos químicos que son tan malos para usted como el BPA.
  • Utilice productos de baño orgánicos, como shampoo, pasta dental, antitranspirante y cosméticos.
  • La base de datos Skin Deep del EWG28 puede ayudarle a encontrar productos de cuidado personal sin ftalatos y otros químicos potencialmente peligrosos.
  • Almacene a los alimentos y bebidas en vidrio en lugar de plástico, y evite el uso de envolturas de plástico ya que también contiene ftalatos que pueden filtrarse dentro de su comida (especialmente si los alimentos para microondas están envueltos en plástico).
  • Reemplace la cortina de vinilo de la regadera por un tejido o puertas de vidrio.
  • Utilice biberones y botellas para beber de vidrio.
  • Reemplace sus productos de higiene personal (tampones y toallas sanitarias) por alternativas más seguras.
  • Filtre el agua de la llave, tanto para beber como para bañarse. Si solo tiene los recursos para hacer uno, filtrar el agua para bañarse podría ser más importante, ya que su piel absorbe los contaminantes.
  • En virtud de la Ley de Agua Potable de 1974, la EPA ha establecido un nivel máximo de contaminantes (MCL, por sus siglas en inglés) para el DEHP de 0.006 mg/dl, o 6 ppb.29 Tenga en cuenta que la Ley de Agua Potable Segura regula los niveles de DEHP solo para el abastecimiento público de agua, no para agua de pozo.
  • Busque productos sin fragancia. Las fragancias artificiales pueden contener cientos – o hasta miles – de sustancias químicas potencialmente tóxicas.
  • Evite los suavizantes de ropa y las toallitas para secadora, que contienen una mezcla de sustancias químicas y fragancias sintéticas.
  • Si tiene tuberías de PVC, es posible que tenga una filtración de DEHP en su suministro de agua. Si tiene un tubo de PVC desde antes de 1977, sin duda deberá cambiarlo por un nuevo material.
  • Este tubo de PVC “de antes” puede filtrar un compuesto cancerígeno llamado monómero de cloruro de vinilo en su agua. Las alternativas al PVC para tuberías de agua son el hierro dúctil, el polietileno de alta densidad, el hormigón, el cobre y PEX.30
  • Considere reemplazar los pisos de vinilo con un material más “ecológico”. También evite el piso de plástico blando, flexible, tal como esos pisos de colchoneta para jugar para los niños (a menudo son utilizados en guarderías y kíndergartens), ya que hay una gran posibilidad de que estén hechos de PVC que contienen ftalatos.
  • Lea las etiquetas y evite cualquier producto que contenga ftalatos. Además de DEHP, también busque el DBP (ftalato de di-n-butilo), el DEP (dietil ftalato), el BzBP (bencilbutilo ftalato), y el DMP (ftalato de dimetilo). Además, tenga cuidado con todo lo que tenga “fragancia”, lo cual a menudo incluye a los ftalatos.
  • Asegúrese de que los juguetes de su bebé estén libres de BPA, tales como chupetes, mordedores y cualquier cosa que posiblemente su hijo este propenso a chupar o masticar– incluso libros, los cuales a menudo están plastificados. Es aconsejable evitar todas las variedades de plástico, especialmente las que son flexibles.

Dr. Matthias, Rath Vitamina C, Lisina Cáncer

Miguel Leopoldo Alvarado Saldaña

Miguel Leopoldo Alvarado Saldaña
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