Día
Mundial de la Diabetes 2017, situación paradójica
Tema:
Las Mujeres y la Diabetes.
Lema: Nuestro de derecho a un futuro
saludable.
Por
Miguel Leopoldo Alvarado Saldaña.
El pasado 14 de noviembre, como todos los
años, se celebró el Día Mundial de la Diabetes. En esta ocasión el tema fue “Las
Mujeres y la Diabetes”, y el lema “Nuestro de derecho a un futuro saludable”. La
campaña es liderada por la Federación Internacional de la Diabetes con el
propósito de instruir y concientizar a las mujeres, para prevenir y tratar
adecuadamente esta enfermedad metabólica.
¿Cómo se celebra?
La comunidad
internacional de la diabetes, que incluye a las asociaciones miembros de la
Federación Internacional de Diabetes, las organizaciones de la diabetes, ONG,
departamentos y ministerios sanitarios y empresas del ramo, desarrollan una
amplia variedad de actividades, dirigidas a diversos grupos. Algunas de las
actividades organizadas cada año son:
· Programas de radio y televisión
· Actividades deportivas
· Proyecciones gratuitas sobre la diabetes y sus
complicaciones
· Encuentros informativos públicos
· Campañas de carteles y folletos
· Exposiciones y talleres sobre la diabetes
· Ruedas de prensa
· Artículos en periódicos y revistas
· Actividades para niños y adolescentes
· Iluminación de monumentos
· Círculos azules humanos
· Marchas
· Carreras
· Carreras de bicicleta
Pero respecto a este tema de candente
actualidad cabe hacer algunos análisis y observaciones.
Desde 1991 se celebra el 14 de noviembre de
cada año el Día Mundial de
la Diabetes. Su finalidad ha sido “crear
conciencia sobre ésta condición de salud”. Desde entonces cada año se emprenden
campañas informativas y educativas con el propósito de crear conciencia sobre
las medidas que pueden ayudar a prevenir la enfermedad o a mejorar la salud de
los diabéticos. Cada año se gastan presupuestos millonarios por parte de las
organizaciones internacionales de salud como la Organización Mundial de la
Salud (OMS), la Organización Panamericana de la Salud (OPS), la Asamblea
Mundial de la Salud, y por parte de los ministerios de salud de la mayoría de
los países miembros de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), con la
finalidad de abatir la epidémica incidencia de diabetes que azota a todo el
mundo.
Pero con el tiempo se ha suscitado la
siguiente situación paradójica:
Hace 100 años, en 1917, existía un
panorama desolador, se sabia muy poco respecto a esta enfermedad, por lo que la
diabetes era muy temida, pues se conocían sus síntomas, las cuales son
cansancio, sed constante, fatiga, orina abundante, languidez y la muerte, pero no
se contaba con los conocimientos apropiados para prevenirla, diagnosticarla y
tratarla adecuadamente. Los investigadores intentaron infructuosamente durante muchos años contar
con tratamientos eficaces, sin conseguir obtenerlos. No obstante, en ese tiempo
la prevalencia, morbilidad y mortalidad por esta enfermedad era muy baja en
comparación de las cifras actuales.
1922 fue un parteaguas pues hubo un
avance importante y fundamental: dos investigadores identificaron y pudieron
asilar la hormona insulina, sustancia clave implicada en esta enfermedad, por
lo que ganaron el Premio Nobel de medicina. Pero dese ese entonces, la
prevalencia mundial de diabetes fue creciendo cada año.
En 2017, 100 años después, el 14 de noviembre, la
diabetes es una de las enfermedades mejor conocidas y mejor estudiadas; se conoce
con precisión su origen y se sabe por qué el páncreas no funciona o funciona
deficientemente, se sabe que la diabetes se desarrolla en varias etapas y que
desde antes de que pueda ser diagnosticada se presentan varios síntomas que
pueden predecir su desencadenamiento. So conoce que progresivamente se va
desarrollando resistencia a la insulina, hiperinsulinemia (hiperactividad
pancreática), diversas complicaciones, hasta que las concentraciones de glucosa
en la sangre se elevan por enzima de los 125 mg. por decilitro. Se sabe cuáles
son los hábitos que desencadenan esta enfermedad; se pueden medir las cifras de
azúcar en la sangre en solo unos segundos. Se cuenta con recursos terapéuticos
como la insulina y diversos medicamentos hipoglucemiantes alopáticos.
Las organizaciones internacionales de
salud como OMS, la OPS y la Federación Internacional de Diabetes, en Estados
Unidos los Centros para el Control y la
Prevención de Enfermedades (CDC), en México la Secretaría de Salud y la Federación Mexicana de Diabetes A. C.,
y muchas otras organizaciones en México y en todo el mundo, realizan foros,
conferencias, simposios, congresos, paneles, etcétera; miles de publicaciones
científicas llenan revistas médicas en todo el mundo. Cientos de libros sobre
este tema, se encuentran disponibles en los anaqueles de las librerías y de
bibliotecas, y millones de panfletos se reparten en todo el mundo.
Existen numerosos proyectos preventivos
en todo el mundo, por ejemplo el de la Ciudad de México, en donde su Asamblea
Legislativa aprobó en 2013 una Ley de Diabetes que incluye lo que denominaron
“cartilla metabólica”, semejante a la cartilla de vacunación. Esta debe
llenarla la madre antes de que entre su hijo a la escuela primaria, y si en
ella se registra que el niño tiene sobrepeso, obesidad o glucosa elevada, debe
iniciar un programa de educación individualizado y evitar el riesgo de
diabetes.
Sin embargo, no obstante a tantos recursos y esfuerzos disponibles, la prevalencia de diabetes ha seguido incrementándose año con año
de manera alarmante. El
14 de noviembre del 2017, al celebrar el Día mundial de la Diabetes, se informa
que la diabetes se encuentra descontrolada y que mata a millones de seres humanos
en todo el mundo. En México se afirma que “La diabetes mata a más mexicanos
que el Narco y la delincuencia organizada”. Ahora la prevalencia,
la morbilidad y la mortalidad se ha incrementado a niveles pandémicos en todo
el mundo.
En un informe de la OMS publicado en el
año 2014, se informó que hasta ese momento en todo el mundo, más de 346
millones de personas padecían diabetes y cada que año morían por esta
enfermedad alrededor de tres millones 400 mil. Casi la mitad de estas muertes
prematuras se producían en personas menores de 70 años, entra las cuales, el 55
por ciento eran mujeres.
Se informó que en los mexicanos tanto en
los que residen dentro de su país, como en los que residen en el exterior,
existe una fuerte una predisposición genética para adquirir esta enfermedad. Y
que en consecuencia, entre los mexicanos, la diabetes era ya la primera causa
de muerte con más de 75 mil defunciones por año.
Se calculó que de seguir esta tendencia,
en el año 2050 entre un 90 a 95 % de todas las personas de todas las
poblaciones del mundo, tendrán sobrepeso u obesidad y entre un 50 a un 75 % de
la gente de todas las poblaciones del mundo estarán enfermos de diabetes.
En una nota de prensa a propósito del Día
Mundial de la Diabetes el 14 de noviembre del 2017, la OMS confirmó su informe
del 2014 publicando los siguientes datos y datos y cifras:
El número de
personas con diabetes ha aumentado de 108 millones en 1980 a 422 millones en
2014.
La prevalencia
mundial de la diabetes* en adultos (mayores de 18 años) ha aumentado
del 4,7% en 1980 al 8,5% en 2014.
La prevalencia
de la diabetes ha aumentado con mayor rapidez en los países de ingresos
medianos y bajos.
La diabetes es
una importante causa de ceguera, insuficiencia renal, infarto de miocardio,
accidente cerebrovascular y amputación de los miembros inferiores.
Se estima que
en 2015 la diabetes fue la causa directa de 1,6 millones de muertes. Otros 2,2
millones de muertes fueron atribuibles a la hiperglucemia en 2012.**
Aproximadamente
la mitad de las muertes atribuibles a la hiperglucemia tienen lugar antes de
los 70 años de edad. Según proyecciones de la OMS, la diabetes será la séptima
causa de mortalidad en 2030.
La dieta
saludable, la actividad física regular, el mantenimiento de un peso corporal
normal y la evitación del consumo de tabaco previenen la diabetes de tipo 2 o
retrasan su aparición.
Se puede tratar
la diabetes y evitar o retrasar sus consecuencias con dieta, actividad física,
medicación y exámenes periódicos para detectar y tratar sus complicaciones.
¿Que
es lo que está fallando?…
¿Los conocimientos sobre esta enfermedad?
No porque como ya lo comenté la diabetes
es ahora una de las enfermedades mejor conocida y más estudiada. Se conoce con
precisión sus causas metabólicas, hormonales y los mecanismos que la
desencadenan.
¿Los
métodos de diagnóstico?
No, porque ahora se cuenta con numerosos
métodos de diagnóstico: análisis de laboratorio que miden no solo la glucosa en
la sangre, sino diversos marcadores biológicos como la hemoglobina glicosilada
que sirve no solo para diagnosticar diabetes, sino para establecer cuando una
persona sin ser todavía diabética, sufre de un estado prediabético.
¿La
prevención?
Se invierten millones de dólares en
“prevención”. Se implementan numerosos programas “preventivos en todo el mundo,
también en México.
¿Los
recursos terapéuticos?
Como mencioné, se cuenta un arsenal de
medicamentos entre ellos, la insulina y medicamentos hipoglucemiantes como la
Metformina.
Ante este panorama desolador, sobre este incontrolable
y grave trastorno metabólico que no se ha podido abatir a pesar de los
cuantiosos recursos financieros, científicos, sanitarios y educativos, hay investigadores
que han decidido culpar a nuestros genes. Afirman que habiendo encontrado
variaciones genéticas que hacen que algunas poblaciones se hagan más obesas y
diabéticas. Dicen que poblaciones como la mexicana tienen una predisposición
genética que los condena a engordar y a enfermar de diabetes. De manera que
habría un determinismo genético, una especie de maldición genética que condena
a engordar, a enfermar de diabetes y a morir prematuramente a individuos de
ciertas razas.
Y ciertamente, se sabe que existen
variaciones genéticas que predisponen a ciertas razas, familias o individuos a
padecer diversas enfermedades.
Pero si eso fuera cierto, habría que
preguntarles a esos investigadores ¿porqué en las generaciones anteriores, de
100 años hacia atrás, la incidencia de obesidad y de diabetes era mínima en
comparación de hoy?
La misma ciencia nos advierte respecto a
que poseer alguna predisposición genética no nos condena a padecer
inevitablemente alguna enfermedad; que los genes tienen la predisposición pero
que se requiere de factores desencadenantes para precipitar la enfermedad.
Desde luego en nuestros genes está
escrita la posibilidad de engordar o de enfermar de diabetes, pero tiene que
haber un factor que desencadene y dispare los mecanismos genéticos y
metabólicos que nos conducen a enfermar.
Si consideramos que tenemos los mismos
genes de nuestros antepasados próximos y observamos que 100 años atrás la
prevalencia de esta enfermedad era mínima, y luego se produce un crecimiento
repentino y acelerado de la incidencia de diabetes durante los últimos 100
años, tenemos que aceptar que algo sucedió que precipitó este fenómeno
epidemiológico. Debemos entonces analizar que es lo que sucedido durante la
última centuria, identificar cuales son esos factores desencadenantes presentes
en la civilización moderna, que cambiaron no a nuestros genes (pues estos son
los mismos), sino que forzó a nuestros genes a modificar su comportamiento, a
cambiar su expresión.
¿Que
es lo que ha cambiado en los últimos 100 años?
Nuestros genes no han cambiado, se sabe
que tienen que pasar millones de años para que el bagaje genético y su
información fundamental cambie.
Lo que si ha cambiado drásticamente
durante los últimos 100 años, es nuestra alimentación y nuestro estilo de vida,
y con ello no se han modificado nuestros genes, pero si su comportamiento, fenómeno
que se conoce como efecto epigenético, por el cual, los genes modifican su
expresión, la activación o desactivación de genes específicos que se traduce en
la modificación de enzimas, proteínas, hormonas y una diversidad de otras
sustancias que afectan la comunicación y la química de las células
Por lo dicho, se puede culpar a la
alimentación moderna y responsabilidad a las grandes corporaciones industriales
y comerciales productoras y distribuidoras de los “productos alimenticios” que
producen y distribuyen y que no cumplen con los requisitos mínimos para
mantener la salud.
Tienen su parte de responsabilidad los
políticos y los funcionarios públicos vinculados a las grandes corporaciones
industriales y comerciales.
No deja de estar vinculada a esta
responsabilidad la industria médico-farmacéutica, cuyo propósito principal no
es fomentar la salud y curar las enfermedades sino vender sus servicios y
productos, que no curan ni mejoran la salud, pero que mantienen a la gente enferma
y dependiente.
A muchas corporaciones agroalimentarias, médicas
y farmacéuticas, no les conviene contribuir a conservar la salud de la gente,
lo que les conviene es que haya muchos enfermos consumidores de sus productos y
servicios. Les conviene que sigan enfermos para que continúen produciendo
enormes ganancias para los accionistas propietarios de las empresas, que se
ocultan detrás de sociedades anónimas.
Es por eso que las corporaciones
dominantes que tras bambalinas y por medio de fundaciones y fideicomisos suyos,
controlan la formación profesional en las universidades con la finalidad de
enseñar a los nuevos profesionales de la salud a prescribir sus productos y no
a mantener sana a la gente.
Referencias
*Definición de la diabetes utilizada en las
estimaciones: paciente con glucemia en ayunas ≥ 7,0 mmol/l o medicado, o con
antecedentes de diagnóstico de diabetes.
** La hiperglucemia se define como una distribución
poblacional de la glucemia plasmática en ayunas que es superior a la
distribución que teóricamente debería minimizar los riesgos para la salud, de
acuerdo con los estudios epidemiológicos. La hiperglucemia es un concepto
estadístico y no una categoría clínica ni diagnóstica.
Informe mundial sobre la
diabetes
Autores: Organización Mundial de la Salud
Fecha de publicación: Abril de 2016
Idiomas: Árabe, chino, español,
francés, inglés, ruso
Presentación
La diabetes es una grave enfermedad
crónica que se desencadena cuando el páncreas no produce suficiente insulina
(una hormona que regula el nivel de azúcar, o glucosa, en la sangre), o cuando
el organismo no puede utilizar con eficacia la insulina que produce.
Según las estimaciones, 422 millones de
adultos en todo el mundo tenían diabetes en 2014, frente a los 108 millones de
1980. La prevalencia mundial (normalizada por edades) de la diabetes casi se ha
duplicado desde ese año, pues ha pasado del 4,7% al 8,5% en la población
adulta.
Este primer Informe mundial sobre la
diabetes publicado por la OMS pone de relieve la enorme escala del
problema, así como el potencial para invertir las tendencias actuales. Los
países pueden adoptar una serie de medidas, en consonancia con los objetivos
del Plan de acción mundial de la OMS sobre las ENT 2013-2020, para reducir las
consecuencias de la diabetes.
Véase
también